sábado, 6 de octubre de 2018

La música de nuestra vida - Virginia musical

Virginia Baudino - virbaudino@hotmail.com
A mi amigo Walter le gustaba la música, especialmente la música clásica. Mozart era su preferido. Y tanto que llegó a grabar en la pared de la facultad ¡Viva Mozart! Muchos años después volvió a encontrarse con su graffitti y me contó su historia. Los graffitti ya no son lo que eran….y Walter ya no está conmigo.

Dice Francis Wolf que, “donde quiera que haya un ser humano, hay música.” En todas partes, en todas las culturas y civilizaciones, hay música. Hay algunas culturas que son más musicales que otras. Pienso, por ejemplo, en Brasil y sus ritmos.

Escucho música todo el tiempo. Y cuando Maribel y yo nos vemos, nos mostramos las canciones que hemos descubierto o que nos tienen atrapadas esos días.

Así le escribí contándole que un pastor estadounidense había anotado el canto de los pájaros de su jardín, entre 1860 y 1880, abatido por la tristeza por la muerte de su esposa. Incluso registró el sonido que hacen las gotas al rebotar sobre la hierba, o el del viento. Y compuso ‘La música de los pájaros’. 

A Maribel le encanta escuchar el canto de los pájaros y fue ella quién me regaló el libro de Pascal Quignard, Todas las mañanas del mundo’ (1991).

Bailando tango a la orilla del Sena en París
Nosotros aprendemos que hay distintos tipos de música y que ésta puede ser más popular o más erudita, pero a todos y todas la música nos gusta, nos cambia el estado de ánimo, nos da movimiento, nos emociona. Dice Wolf que la música tiene efectos corporales y espirituales. Esto es posible porque el ritmo está en nuestro cuerpo antes que la música. Nos hace movernos sin ir a ningún lado y cuando bailamos, tenemos la sensación de que el cuerpo va delante de la música.

¿Somos seres musicales? He visto a los niños bailar desde pequeños. He visto cómo las madres cantan una nana a los pequeños para dormirles. He experimentado todas las emociones posibles con algunas canciones fundamentales. Todos tenemos una banda sonora de vida, aquellas canciones imprescindibles para el día a día, o para la vida. Pero sobre todo, en cada momento de nuestros estados de ánimo ahí tenemos música acompañándonos.


¿Por qué la música? Se pregunta Wolf, en este libro, porque ella nos permite “salir de la cueva donde sólo vivimos” y así “cantar, bailar, estar juntos y, también para llorar en soledad, cuando se impone el silencio sobre nosotros.” Porque, en todas partes y en todos los tiempos, hay música en lugar de nada.

Porque cuando hay humanidad, dice, hay música.

Los invito a hacer la banda sonora de su vida….¿por dónde empezamos?






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